La línea que separa el fanatismo por los autos del coleccionismo es cada vez más difusa, al mismo tiempo que otra línea que separa el coleccionismo de la especulación prácticamente ha quedado invisible. Lo que ves sobre estas líneas es una oportunidad que ha salido a la venta como pocas se pueden encontrar: un Toyota Land Cruiser FJ40 en absurdamente buen estado de revista. Su precio ha alcanzado las seis cifras.
Con sólo 8.484 km en su odómetro, este FJ40 es un rara avis. No se trata de un auto restaurado, no está reparado, no es un auto de exposición… simplemente es un vehículo que conserva de forma magistral el estado original con el que salió de fábrica.
Una maravilla atemporal prácticamente intacta
La historia de este todoterreno clásico comienza con un propietario que compró el auto nuevo en 1978 en Wyoming (Estados Unidos) con la intención de disfrutar durante su jubilación de él, viajando por los mejores parajes naturales de Estados Unidos. Mientras ese momento llegaba, lo condujo durante un verano y lo guardó en una caja a medida forrada de alfombras.
Por desgracia el propietario original, distribuidor de alfombras de profesión, lo guardó en su almacén confiando en que esa caja con un auto dentro le recordase a diario su sueño, pero falleció en el año 2000 antes de cumplir sus aspiraciones junto a su estimado auto.
Tiempo después los familiares de este hombre decidieron deshacerse del auto y venderlo. Su actual propietario tampoco puede hacerse cargo de él así que han decidido que es el momento de que salga a la venta en Bring a Trailer, y rompa cualquier esquema mental que te podrías hacer.
Las únicas modificaciones que se le han realizado a este Land Cruiser FJ40 tan especial fueron la adición de un sistema de aire acondicionado, batería, neumáticos, filtro de gasolina, una junta de goma nueva para el techo y poco más. Durante lo que llevamos de siglo XXI no ha recorrido más de 3.200 km.
La pintura es la original Rustic Green con el techo en color blanco, no hay óxido ni desperfectos en la carrocería, ni en el chasis, ni en el interior, por lo que algunos expertos en Toyota lo consideran el mejor ejemplar que existe en el mundo. Hasta conserva las tapas cromadas en las cuatro ruedas.
Incluso el auto conserva la bolsa de herramientas bajo el asiento del conductor y la factura de compra original en la que se puede observar cómo el comprador original desembolsó en 1978 la cantidad de 8.150,30 dólares. Un precio que hoy se ha multiplicado por mucho su valor.
La mecánica confía a un motor de seis cilindros en línea y 4.2 litros de cilindrada, aunque en estos casos el motor casi es lo de menos. Lo que cuenta es que es una rareza atípica.
Si aún no te lo crees, date una vuelta por la extensa galería de imágenes facilitada por el vendedor donde podrás sumirte en una suerte de viaje a 1978 viendo el extraordinario estado de conservación de este auto cuyo precio de subasta ya ha alcanzado los 100.000 dólares después de sólo cuatro pujas.
GALERÍA
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Fuente: motorpasion.com