Durante el lecho de muerte, algunas personas piden que sus cenizas sean esparcidas por el océano o que estas se guarden en algún lugar que ellos consideraron sagrado.
Sin embargo, el reciente hallazgo de un clásico Ford Mustang que se encontraba abandonado en un granero de Carolina del Norte demuestra que un auto también puede ser el lugar ideal para descansar en paz.
En el 2017, Zach Taylor, un amante de los Mustangs, vió una publicación en Craigslist que anunciaba un descuidado y muy dañado Ford Mustang Fastback de 1968 en un garaje de Carolina del Norte.
Taylor, quien reside en Georgia, viajó hasta ese estado para recoger el clásico auto y comenzar a trabajar en su restauración. Sin embargo, él encontró una inesperada sorpresa en el asiento del pasajero: las cenizas del dueño anterior.
Según explica Mustang Fan Club, quien publicó la historia por primera vez, el auto estaba siendo comercializado por Bruce, un amigo del difunto ex dueño del Mustang.
Él confesó haber tenido intenciones de reparar el auto en honor a su fallecido amigo, pero que no tenía el tiempo para hacerlo. Así que en vez de dejar que el auto se dañara más en el oscuro granero, él decidió ponerlo en venta.
No sabemos por qué Bruce dejó las cenizas de su amigo en el Mustang, solo que él le dijo a Taylor que “James (el difunto dueño) venía con el auto”.
Tampoco sabemos qué fue lo que Taylor hizo con las cenizas, solo que él decidió vender el auto a alguién más debido a que éste necesitaba mucho trabajo de hojalatería y él no podía pagar los gastos.
El auto ahora se vende en otro lado y aquí te compartimos la publicación en redes sociales.
Esperamos que el auto ahora tenga un mejor futuro y que su antiguo dueño lo vea restaurado desde donde sea que él se encuentre.
Fuente: laopinion.com