Lee Iacocca (1924-2019), el hombre que que hizo posible el Ford Mustang, que salvó a Chrysler de la bancarrota en los años 80 y que dio luz verde al Dodge Viper, falleció el martes pasado a los 94 años en su casa de Bel Air (California), debido a las complicaciones del Parkinson que padecía.
Este incansable genio de la venta comenzó su carrera en la industria en 1946, y llegó a ser el CEO más famoso del país. Copando las portadas de ‘Time’, ‘Newsweek’ y del ‘New York Times Sunday Magazine’, donde lo pintaban como el héroe de la era del automóvil en Estados Unidos.
Al frente de Ford y de Chrysler siempre obligaba a sus equipos de diseño y desarrollo a ser atrevidos. Así nacieron el Ford Mustang, el deportivo asequible para los baby-boomers de los años 60, pero también autos muy racionales e innovadores en su momento. Uno de ellos fue el primer momovolumen de la historia, el Dodge Caravan/Plymouth Voyager, cuando la clientela necesitaba un auto familiar y económico tras las crisis de 1973 y 1979. El Chrysler Voyager -así se llamó en Europa- y sus variantes de Plymouth y Dodge lideraron las ventas de los monovolúmenes durante 25 años.
Obviamente, no todos los autos que salieron bajo sus mandatos fueron éxitos. También tuvo algunos fracasos sonoros. Por ejemplo, el del Ford Pinto. Este compacto tenía la desagradable tendencia a explotar si sufría un choque por alcance en su zaga. Él mismo decía que no siempre se puede ganar.
De Ford a Chrysler
Definitivamente lo suyo era el marketing. Entró en Ford en 1946 y pronto se dio cuenta que era mejor vendedor que ingeniero. Diez años después, cuando las ventas del área de la que era responsable tenía las peores ventas de todo el país, se le ocurrió la campaña del “56 por ’56”.
Los clientes podían salir del concesionario con un Ford de 1956 tras pagar una entrada del 20 % y luego unas mensualidades de 56 dólares durante tres años. La campaña funcionó tan bien que Robert McNamara utilizó esa campaña posteriormente a nivel nacional.
Eso sí, su mayor logro en Ford fue llevar al mercado el Ford Mustang en 1964. Algo especialmente arriesgado tras el fiasco del Ford Edsel. Y más aún si tomamos en cuenta que Ford tan sólo había adjudicado 45 millones de dólares para el desarrollo e industrialización del auto. Fue el presupuesto más bajo de la historia de Ford para un modelo totalmente nuevo.
En 1978, fue despedido de Ford porque a Henry Ford II no le caía bien, a pesar de haber contribuido a generar a lo largo de su trayectoria en la compañía más de 1.800 millones de dólares. Cosas del destino, una vez en Chrysler, Iacocca saca adelante el proyecto de Hal Sperlich de monovolumen y que Henry Ford II rechazó en 1974. El proyecto daría lugar al Dodge Caravan/Chrysler Voyager…
Lido Anthony «Lee» Iacocca solía hablar mucho y se enorgullecía de sus orígenes, era hijo de inmigrantes italianos, y de cómo en Estados Unidos si te esfuerzas y trabajas duro, puedes tener éxito. Así, no dudo en aceptar la propuesta de Ronald Reagen en 1982 de liderar la campaña de recaudación de fondos para la restauración de la Estatua de la Libertad y de Ellis Island. Y como era un genio del marketing consiguió 350 millones de dólares cuando el objetivo fijado era de 150 millones. No es más que otro ejemplo de su genialidad en el campo del marketing.
Fuente: motorpasion.com