Por su 40 aniversario.
El Ford RS200 es un auto mítico que está de aniversario: cumple 40 años. Los más esperzados quizá estuvieran cruzando los dedos para que la marca estadounidense se marcara “un Renault” y lo trajera de vuelta, aunque fuera en formato eléctrico, como ha ocurrido con los 5 y 4. No ha sido así, pero al menos ha resucitado de una manera: así es el RS2.00.
Antes de nada: no, no te hagas ilusiones porque no se trata de un modelo que vaya a ver la luz (al menos a priori), si no que se trata de una reinterpretación en clave digital que, eso sí, podría aparecer en juegos de conducción próximamente, puesto que los diseñadores que lo han creado, y que forman parte de Ford of Europe Design Team, comparten su pasión por los videojuegos.
Su génesis es particular. Nació cuando Amko Leenarts, Director de Diseño de Ford Europa, se reunió con el Steve Saxty, autor de la serie de libros “Secret Fords”. Los dos acordaron cerrar el último libro con un ejercicio de diseño inspirado en el Ford RS200 de 1984.
Así, comenzó un proceso que se inició con bocetos dibujados a mano, pero poco a poco se fueron sumando nuevos diseñadores y artistas, se pasó al modelado 3D e incluso se recurrió a métodos más tradicionales como la creación de modelos con arcilla, buscando lograr una recreación más fiel del vehículo.
El trabajo se enfocó con una directiva muy clara: reinterpretar el icono para llevarlo al mundo de los videojuegos, lo que implicaba renovarlo por completo, pero manteniéndose fieles a sus rasgos principales y características más distintivas.
El primer diseño fue bautizado como ‘Apex Hero’ y era el más similar al RS200 del 84, pero fue evolucionando de manera contnua hasta convertirse en el RS2.00.
Algo que los diseñadores tenían muy claro es que querían conservar el diseño de ‘monstruo amigable’ del original. Esto es algo curioso, pero es que el Ford destacaba entre los modelos del Grupo B contra los que competía por tener una estética mucho más suave y menos agresiva que estos.
Así, se ha intentado replicar esto en su nueva reinterpretación, pues “el diseño evita intencionadamente expresiones amenazadoras y líneas agresivas, favoreciendo una estética general casi lúdica a pesar de ser una máquina genuinamente capaz”.
La compañía afirma que las características de diseño se pueden abordar desde dos perspectivas diferentes. La primera es más analógica y busca establecer conexiones con el RS200 original de 1984. La segunda es lo que denomina como “giro virtual”, que significa que aprovecha el hecho de ser un diseño digital para añadir algo de fantasía.
Empezando por el primer punto de vista, viendo a uno junto al otro, queda claro el parentesco que hay entre ambos, con el prototipo siendo claramente una versión moderna y futurista del modelo de rallyes.
Sus proporciones son muy similares, se replica el formato de los cuatro grupos ópticos circulares delanteros, aunque su firma lumínica esté formada por pares de tiras LED; el frontal es todavía más bajo (ya que no va a tener que correr por caminos) y los pasos de rueda son más musculosos y sobresalen para dar cabida a ruedas de mayor tamaño.
La diferencia más notable es que la cabina es parecida a la de un caza, con una cúpula que se levanta por completo hacia adelante, creando una superficie acristalada de gran tamaño que envuelve a piloto y copiloto.
La razón de ser de esto hay que buscarla en los videojuegos, ya que los diseñadores querían un campo de visión completamente limpio, de la misma manera que ocurre con algunas cámaras presentes en los juegos de conducción.
Tras el cierre de la cúpula hay tres secciones móviles, una más grande superior y dos laterales, que se pueden separar de la carrocería para adquirir un formato similar al de las entradas de aire existentes en el Ford RS200 original.
Por último, la zaga está rematada por un gran alerón que cuenta con la peculiaridad de ser transparente y que refleja la luz rosa que proyectan en él unos LED. El difusor, por su parte, es bastante agresivo y aloja unos pilotos verticales en la zona central.
El interior también está inspirado por el mundo de los videojuegos y “añade muchas características que mejoran la experiencia del jugador”.
Así, los asientos están hechos de piezas flexibles que se adaptan a las formas del cuerpo de los ocupantes y emplean sistemas de fijación para simular diferentes niveles de sensaciones de conducción, pudiendo potenciar los movimientos del auto o relajarlos.
Además, el conjunto del volante y la columna de dirección hace las veces del cerebro del auto, pues en él se almacenan todos los ajustes y preferencias del conductor, lo que permite que llevándolo de un auto a otro, el piloto puede llevar los parámetros consigo. Además, el volante incluye la única pantalla, en la que está todos los elementos de interfaz necesarios.
Seguro que hay más de uno al que le gustaría que el RS2.00 se hiciera realidad. No parece que vaya a ser así, pero en el comunicado de prensa Ford deja abierta la puerta a un poco de esperanza: “Invitamos a los entusiastas de Ford a seguir el viaje del RS2.00 Concept a medida que evoluciona a través de territorios inesperados”. Quién sabe.
Fuente: autobild.com