La nueva generación del Chevrolet Corvette ha sido desvelada esta madrugada en un evento específico. Y por primer vez en su historia se venderá como deportivo de motor central, imitando así al Audi R8 en un intento de rivalizar de una vez por todas con los mejores deportivos europeos.
Desde sus inicios en 1953, la arquitectura del Corvette nunca cambió. Motor delantero y tracción trasera. Sin embargo, en esta octava generación el V8 de 6.2 litros y 495 CV está situado detrás del conductor y por delante del eje trasero.
Chevrolet lleva décadas jugando con la idea de un Corvette con motor central (de hecho, desde que Zora Arkus-Duntov, considerado el padre del Corvette, tomó las riendas del proyecto). Sin embargo nunca antes se había atrevido a lanzarlo al mercado. El nuevo modelo, que en su versión de base, se llamará Corvette Stingray, equipa un V8 atmosférico de 495 CV y 637 Nm que permite al Corvette equipado con un pack performance opcional de bajar de los 3 segundos en el 0 a 100 km/h.
Este V8 es totalmente nuevo y no tiene nada que ver con el V8 que equipa el Corvette C7. Va asociado a un cambio automático de doble embrague de 8 relaciones realizado por Tremec y a un diferencial autoblocante controlado electrónicamente.
El V8 6.2 es solo el principio
Es probable que esta configuración de base se complete en el tiempo con versiones más potentes. Y es que en la factoría de Bowling Green, donde se fabrica el Corvette, GM también producirá el nuevo V8 biturbo “Blackwing” para Cadillac. Este motor podría hacerse un hueco también en el Corvette.
En cuanto a suspensiones, el Corvette C8 equipa una nueva generación de amortiguadores magnetoreológicos Magnetic Ride que vimos por primera vez en el Corvette C5. Se trata de amortiguadores cuya dureza es controlada en tiempo real. Pero eso no impide que haya hasta seis modos de conducción a disposición del conductor: Weather, Tour, Sport, Track, MyMode (configurable de forma individual) y Z Mode (el más deportivo y en honor a Zora Arkus-Duntov).
La arquitectura de motor central hace que el Corvette haya crecido 137 mm, alcanzando los 4630 mm de largo con una batalla de 2.723 mm. Es también 56 mm más ancho (ahora 1.933 mm) que el Corvette C7. También es 166 kg más pesado que el modelo saliente, alcanzando los 1.527 kg.
Un diseño un tanto peculiar
El diseño de Corvette C8 tiene un aire familiar con el actual y al mismo tiempo un cierto toque a lo Ferrari o McLaren. Hasta lleva un capó trasero transparente para lucir V8. Personalmente, no sabría decir si me gusta o no. Es peculiar y en vivo quizá sea muy diferente. Más llamativo aún que su carrocería es el diseño del cockpit, especialmente con ese fino asidero repleto de botones de arriba a abajo.
Por último mencionar que el Corvette C8 mantiene el techo targa, cuenta con dos maleteros (con la prensa estadounidense especulando que eso libera espacio delante para un motor eléctrico), y que dispone de un spoiler delantero y un alerón trasero abierto en el centro que generarían hasta 181 kg de apoyo en curva.
De momento no se conocen ni los precios ni el consumo, Chevrolet los desvelará a lo largo del año, pues no se comercializará hasta finales de año, principios de 2020. Lo que sí se sabe es que habrá un pack opcional Z51 en el que se cambiarán los Michelin Pilot Sport ALS (all-season) por unos Michelin Pilot Sport 4S en 245/35ZR19 delante y 305/30ZR20 detrás.
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Fuente: motorpasion.com