El Mazda Vision X-Compact quiere ser ese amigo que te escucha, te comprende y te lleva a donde quieras

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El Mazda Vision X-Compact es mucho más que un simple ejercicio de diseño o la enésima reinterpretación urbana japonesa: es la visión de Mazda para el futuro del auto urbano eléctrico, pero con un enfoque distintivo en la conexión emocional, el minimalismo y la inteligencia artificial.​

Este prototipo destaca desde el primer vistazo por sus proporciones urbanas: apenas 3,82 metros de largo, 1,79 metros de ancho y 1,47 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,51 metros, cifras que lo sitúan claramente como rival de modelos como el Renault 5 o el MINI Cooper. Una suerte de heredero del Mazda 2 en clave eléctrica.

Mazda imprime su lenguaje de diseño Kodo a una carrocería moderna y fácilmente reconocible, con líneas fluidas y elegantes proporciones de compacto con cierto aire deportivo (alerón integrado, pasos de rueda marcados y ausencia de parrilla frontal tradicional).​

El interior del Mazda Vision X-Compact es, sin duda, la apuesta más radical: Mazda elimina por completo la pantalla central de infoentretenimiento, sustituyéndola por un cuadro de indicadores sobrio (tipo relojería analógica digital) y un salpicadero limpio de botones que prioriza el manejo clásico.

El corazón tecnológico está oculto, pero muy presente: el Vision X-Compact propone que sea el propio smartphone del usuario el centro conectado, que se integra en un soporte específico, devolviendo así el control digital al conductor. El volante, grande y de radios finos, con levas y ruedas de control, refuerza una atmósfera de conducción pura.​

Mazda quiere que el X-Compact sea mucho más que transporte: busca establecer un “vínculo emocional” con el usuario mediante una inteligencia artificial empática que actúa como copiloto virtual, capaz de mantener conversaciones naturales, sugerir destinos o itinerarios y entender estados de ánimo o rutinas del conductor.

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Esta IA sensorial promueve una relación de “amistad” entre el auto y su dueño, en línea con la tradición japonesa de humanizar los objetos cotidianos. Representa un gran salto respecto al enfoque aséptico de las grandes plataformas conectadas actuales.​

Todo lo anterior se apoya en una arquitectura 100% eléctrica (aunque Mazda aún no detalla potencia o baterías). Si Mazda logra trasladar estas ideas al modelo de producción —especialmente el minimalismo tecnológico y la IA empática—, podría estar ante uno de los urbanos eléctricos más diferentes del mercado de los próximos años.

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Fuente: coches.com