Si bien no todos los neumáticos son hechos del mismo material o se gastan por igual, es recomendable cambiarlos cada 25,000 a 50,000 millas recorridas o cada cinco años, aunque diferentes factores como el clima y el uso del vehículo aceleran el desgaste de las llantas.
Hay muchas razones para no conducir con neumáticos gastados, pero aquí te enlistamos las cinco más comunes según un reporte de Fix Auto.
Razones para evitar los neumáticos gastados
Se crea mucha fricción entre las llantas
La fricción crea calor, y demasiado calor puede causar que tus neumáticos se ponchen, especialmente cuando un vehículo conduce a rápidas velocidades, ya que el material que resiste el calor en los neumáticos se desgasta con el tiempo y el uso.
Incrementa los riesgos de hidroplanear
Los neumáticos gastados han perdido goma y por lo tanto ya no tienen el mismo agarre en el suelo como antes. Esto puede causar problemas durante los días lluviosos o durante la nieve, pues la falta de agarre en tus llantas puede causar que pierdas el control e hidroplanees sin poder retomar el control del vehículo.
Dificulta el poder conducir bajo condiciones de lluvia o nieve
Como se explicó anteriormente, los neumáticos lizos se resbalan en suelos fríos o con hielo y esta causa que los conductores pierdan el control e incluso se resbalen. Es por eso que existen llantas especiales para conducir en nieve.
Rápida perdida de aire
Ya que se pierde gran parte de la goma, la resistencia de los neumáticos ante los golpes es poca, y esto causa que las llantas pierdan aire más rápido de lo común.
Alto riesgo de reventones
Este pudiera ser el problemas más grave de todos, pues al perder gran parte de su goma, los neumáticos también quedan expuestos a explotar a causa de un repentino golpe, bache o demasiada fricción. También, los objetos filosos o puntiagudos pueden penetrar fácilmente sus superficies.
Fuente: laopinion.com