Desde su fundación en el año 1970, el Museo de Transporte Guillermo José Schael se dedica a conservar y exhibir el patrimonio histórico de los medios de transporte en Venezuela, expresó Alfredo Schael, presidente de la Fundación Museo de Transporte.
La institución, que cumplió 48 años el viernes 12 de Octubre, tiene en su haber seis colecciones de vehículos antiguos que representan distintas épocas de la historia automotriz venezolana. «Muchas de las piezas con las que inició el museo fueron obtenidas por donaciones, en especial de coleccionistas de automóviles», acotó Schael.
Comentó que la galería conserva automóviles, ferrocarriles y aeronaves antiguos que «muestran momentos importantes de la historia del transporte en el país», entre los cuales destacó «una de las locomotoras más antiguas de Venezuela, que fue parte del Ferrocarril Caracas-La Guaira en 1883», el avión Douglas DC-3, que fungió como transporte presidencial y luego fue empleado en misiones de búsqueda y salvamento.
La colección de carros que resguarda el Salón del Automóvil contiene autos presidenciales blindados de los años 50; mientras que en la sala de carruajes se encuentra la colección de coches que fue donada por el empresario Eugenio Mendoza y que conformó la primera exhibición del museo en sus inicios.
El Museo de Transporte solo abre sus puertas al público los domingos, a diferencia de la buena época de la institución que permanecía toda la semana trabajando.
Los domingos los visitantes pueden disfrutar de todas las exposiciones y venta de objetos clásicos que se realiza en la plaza principal del parque, en el cual se instalan distintos kioscos con exhibiciones que aportan valor a la galería, además de puestos de comida y de recuerdos. «Hay personas que se dedican a mostrar sus colecciones sin intención de lucrarse, estas acciones son enriquecedoras para el recorrido».
Schael, quien también es director del museo, describió que el lugar «representa un tesoro, no solo para Caracas, sino para toda Venezuela, pues cada una de las máquinas que se muestran guardan una conexión directa entre los venezolanos y la cultura e identidad con la historia del país».
Expresó que «es un lugar para todos. Y tiene un gran valor sentimental, para sus visitantes. Las personas siempre se llevan buenos recuerdos al conocer los vehículos que iniciaron la trayectoria del transporte en el país».
Crisis financiera
Señaló que «a pesar de ser una joya del patrimonio histórico, el museo está pasando por el peor momento de su trayecto».
Explicó que la institución no cuenta con los ingresos necesarios para mantener en pie todas las exhibiciones. «Únicamente contamos con los fondos que genera la feria de los domingos».
La nómina del museo cuenta con solo seis empleados, quienes se esfuerzan a diario por conservar el buen estado de la galería.
Explicó que el museo no cuenta con personal de seguridad durante la noche ya que «antes se contrataba una empresa privada, pero ahora no podemos pagarlo».
Aseguró que las instalaciones han sido blanco de robos. «Las mafias del metal se han llevado piezas de los vehículos, como radiadores y partes de cobre para venderlos», añadió que han hecho las denuncias pertinentes ante los cuerpos de seguridad «pero las autoridades no ponen un alto».
La asistente de presidencia del museo, Ruth Heath, describió que muchos de los hurtos fueron realizados con precaución para no dañar las piezas, presume que «los ladrones son dueños de carros similares a los que están en los salones, por eso se llevan las piezas que necesitan para repararlos».
El museo conserva más de 100 vehículos antiguos y han realizado restauraciones a los que fueron dañados para poder mantener las exhibiciones que están incompletas.
El tiempo se detuvo
A pesar de la crisis que también ha afectado esta institución, el Museo de Transporte sigue siendo un lugar donde se detuvo el tiempo y muchos vehículos encontraron su última parada allí.
Este espacio se fundó gracias a la labor de un grupo de visionarios preocupados por la pérdida sin remedio de las piezas de transporte venezolano, y es que antes del museo las piezas ferroviarias, por citar alguna, terminaban convertidas en cabillas o chatarra y el museo se abocó a recuperarlas, reseña un trabajo publicado en la Fundación Centro de Investigación y Estudio de la Venezolanidad.
En el grupo de fundadores se encuentran personas como: Eugenio Mendoza, Antonio Agostini, Ernesto Armitano, Alfredo Paúl Delfino, Adolfo Ramírez Torres, Alfredo LaFuente Nieto y Guillermo José Schael, este último, por quien se le da nombre al museo debido a su notable labor que tuvo como presidente y director.
Desde el comienzo tuvieron como misión el rescate de piezas como locomotoras, vagones y rieles con el fin de darles un espacio para el disfrute popular.
Con ese pensamiento y un incansable trabajo se lograron recuperar piezas como la del Ferrocarril de Táchira, vagones del sistema Caracas-La Guaira, El Ferrocarril Central de Venezuela y la locomotora de vapor de Coro-La Vela.
Además a esta colección se suman coches de tracción de sangre, donados por Mendoza, 100 automotores de todas las clases y estilos como coupés, convertibles camiones del Ejército y hasta carros presidenciales.También cuenta con aviones como el primero que se usó para el correo o el primer avión de adiestramiento avanzado así como el primer simulador de vuelos jets, entre otras.
Fuente: eluniversal.com