Rolls-Royce ha vuelto a sorprender con una creación que fusiona arte, ciencia y tecnología de la manera más exquisita. El Spectre Lunaflair, un encargo único para un cliente estadounidense.
El nombre y la estética del Spectre Lunaflair encuentran su origen en un fenómeno natural de extraordinaria belleza: el halo lunar.
Este anillo de luz multicolor que rodea a la Luna se produce por la refracción de la luz a través de cristales de hielo en la atmósfera.
Capturar la esencia de este fenómeno efímero en un acabado de pintura fue un desafío que la división Bespoke de Rolls-Royce aceptó con entusiasmo.
Para lograr el efecto holográfico tan característico del Spectre Lunaflair, los artesanos de Rolls-Royce desarrollaron un proceso de pintura meticuloso y complejo.
Se aplicaron siete capas de laca, cada una con una función específica. La capa perlada, enriquecida con finas escamas de fluoruro de magnesio y aluminio, es la clave para el efecto iridiscente que cambia de color según la incidencia de la luz.
Esta técnica requirió más de un año de investigación y desarrollo. Los expertos de Rolls-Royce experimentaron con diferentes químicas, tiempos de aplicación y capas base hasta lograr el resultado deseado.
El resultado es un acabado único y exclusivo que desafía cualquier comparación.
El interior del Spectre Lunaflair es una obra de arte en sí mismo. Los diseñadores se inspiraron en los colores del halo lunar para crear un ambiente sofisticado y envolvente.
Los asientos, las puertas y el techo están tapizados en una combinación de tonos azul marino, blanco y rosa que evoca la belleza celestial.
El volante de dos tonos, con un exterior azul marino y un interior blanco ártico, completa el habitáculo.
Por último, el Spectre Lunaflair es una creación única y exclusiva. El acabado de pintura holográfico es tan complejo y laborioso que no será replicado en otros vehículos.
Fuente: conduciendo.com
